Situación geográfica: Valdeón-Cabrales (León-Asturias)
Itinerario: Posada de Valdeón-Cordiñanes-Mirador del Tombo-Chorco de los Lobos-Vega La Peguera-Caín-Desfiladero de Casiellas (o de Mabro)-Majada Culiembro-Los Collaos-Poncebos
Distancia: 21 km
Mapa de Adrados
Sábado, 12 de abril de 2014. Me traslado con el GM Ultra (Moreda) hasta la localidad de Posada de Valdeón (927 m), punto de partida de la Ruta del Cares desde la parte leonesa. Este hermoso pueblo de montaña está situado en un espectacular valle con accesos por la vertiente meridional a los macizos Occidental y Central de los Picos de Europa
Sobre las 10:20 h comenzamos nuestra marcha adentrándonos en el interior del pueblo
Pasamos por los Llanos de Valdeón
Atrás dejamos Posada de Valdeón y su embalse
El paisaje es realmente hermoso y casi sin darnos cuenta divisamos Cordiñanes
Entrando en Cordiñanes (860 m)
Cordiñanes es punto de partida para llegar al conocido refugio de Collado Jermoso por la Canal de Asotín (La Sotín)
Superadas las últimas casas del pueblo giramos a la derecha al encontrarnos de frente el puente Cordiñanes
Caminamos por una buena pista de tierra
Llegamos al conocido Mirador del Tombo, símbolo del valle desde su inauguración en 1964. Se construyó este mirador en memoria del que fuera Presidente de la F. E. Montañismo, Julián Delgado Úbeda, persona de reconocida pasión por los Picos de Europa
En un lugar privilegiado del mirador se erigió una columna de piedras en cuya cima se colocó un rebeco de hierro en honor al indiscutible emblema de la fauna de la peña en los Picos, así como una cruz, también de hierro, que abre sus brazos en las tres dimensiones en honor a la memoria de Delgado Úbeda. En la base de la columna que sujeta el rebeco aparece una placa forjada en hierro con el nombre de " Escultor Coomonte", sin duda la firma del autor
Continuamos nuestra marcha pasando junto al puente Barrejo
Panorámica desde la majada de Fresnedo, sita a nuestra derecha según el sentido de la marcha
Volvemos a salir a la carretera en la zona de Teja Oscura
Fuente Teja Oscura
En un vertiginoso descenso llegamos a la majada de Sesanes
La hermosa majada de Sesanes
Dejando a nuestra derecha el desvío que se dirige a la Ermita de Corona -donde cuenta la leyenda que fue coronado rey Don Pelayo-, nos dirigimos al Chorco de los Lobos
El Chorco de los Lobos es una antigua trampa para cazar lobos situada estratégicamente en el Monte Corona, donde la espesura del bosque y la presencia de ganado en los meses de invierno atraían al depredador
Chorco de los Lobos
Continuamos plácidamente por la carretera, hoy vamos relajados y disfrutando del paisaje
Llegamos a las verdes Vegas de La Peguera, donde el río Peguera se une al Cares
En este lugar se encuentra la majada de La Peguera
Siguiendo carretera abajo pasamos junto al puente Santiján que da acceso a la majada homónima y a la Ermita de Corona
La majada de Santiján al otro lado del río Cares
En la ladera a nuestra izquierda, se encuentra el Monte Corona, un espléndido bosque mixto (robles, fresnos, olmos, arces, etc.) con abundante y variado sotobosque
Seguimos nuestro camino teniendo que cruzar el puente de Canceles para pasar a la margen derecha del río Cares
Nos adentramos en la llamada Garganta de los Caínes pasando por el puente de Piedra
El entorno es espectacular sin lugar a dudas, un auténtico regalo para los ojos
Por la Garganta de los Caínes mientras el río Cares baja impetuoso
A nuestra derecha se encuentra este monumento natural, La Jarda. Es mucho más que una riega, se trata de una surgencia. Salvo raras excepciones, el agua no corre por La Jarda cuando llueve en pleno invierno, ni en otoño antes de las nevadas. Esto se explica porque el agua que mana abundantemente siempre, proviene de lagos subterráneos del interior del macizo de los Urrieles que se alimentan de las nieves situadas en las alturas cuando éstas se derriten, por eso, lo normal y lo esperable es que La Jarda comience a correr con el deshielo, cuando la nieve fundida anega las cavidades cársticas del interior del macizo
Más adelante, cruzamos la Puente Grande para entrar en Caín
Entrando en Caín por el barrio La Arena
Caín (460 m), el pueblo más bajo del valle de Valdeón, ha sabido salir de su aislamiento y, por su situación ha hecho que florezcan varios comercios, restaurantes, tiendas de recuerdo, etc., convirtiéndolo en uno de los pueblos más visitados de Picos. En Caín, En Caín nació Gregorio Pérez "el Cainejo", compañero de cordada de D. Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, con el que coronó por primera vez, en el año 1904, la cima del Urriellu (Naranjo de Bulnes). La vida de los cainejos, siempre por las montañas y peñas y los numerosos accidentes que se producian entre su población, se explicaba con el dicho siguiente: "Los de Caín no mueren, se despeñan "
Aquí comienza el tramo Caín-Poncebos (12 km), correspondiente al PR PNPE-3 "Ruta del Cares"
Salimos por un sendero en la margen izquierda del río que pasa por Los Pinteros, donde se conservan las dos casas que fueron oficinas de Electra de Viesgo
Atravesamos el río por el puente Los Pinteros
Puente Los Pinteros
Seguimos por la otra orilla, por Las Lleras
Vamos en dirección del estrechísimo desfiladero de Casiellas (o de Mabro)
Llegamos a la presa de toma de aguas, donde volvemos a cruzar el río
Nos adentramos en un largo túnel, con huecos abiertos al río, que sirve para salvar este estrecho desfiladero
Éste es, sin duda, uno de los tramos más espectaculares y bonitos de la Ruta del Cares
En el interior de los anegados túneles
Una mirada atrás para contemplar este espectáculo natural
Pasado el túnel, el sendero sigue por esta margen bajo los acantilados de Los Canales
Mientras, a la derecha, el terreno se abre para dar lugar a la terminación de la Canal de Dobresengos en Casiellas
Sendero adelante, sólo tenemos perspectivas hacia la derecha, ya que éste discurre por lo que conocen como el Muro Grande, inmensas paredes que sostienen Valroble
A lo largo de este tramo tenemos, por la izquierda, la estrecha abertura de la Canal de la Teja y, un poco más adelante, a la derecha, la de Trescámara
Desde la distancia ya divisamos el puente de los Rebecos
Antes de llegar al puente nos paramos en La Cuevona (o Cueva de Trea)
Atravesaremos el Puente de los Rebecos para cruzar el río y pasar a la margen derecha. Recordar que el primer puente era de madera siendo sustituido en los años 50 por el actual puente metálico, que estaba instalado anteriormente en el embalse de Doiras (Boal)
Dejamos atrás este precioso puente y seguimos nuestro recorrido
Transitamos por el lugar conocido como Huertas de So La Tranvía
Llegamos al Puente Bolín. Éste lleva el nombre de Luis Bolín, quien fuera Director General de Turismo y, que para su construcción, donó una notable cantidad de dinero. El puente era también de madera siendo sustituido por el actual en 1975
Nada más pasar el puente Bolín, tenemos, a la derecha, la corta Canal de Recidroño por donde discurren por su ladera derecha la caída de las aguas de Fuente Prieta. Y, a la izquierda, el acceso a la Canal de Trea
Entramos así en el Anchurón de Cabrerizas en el que la angostura nos permite un respiro en esta amplitud
Pasamos por varios túneles
A nuestra derecha, observamos la larga y arbolada Canal de Ría
En este tramo el canal de aguas discurre por debajo de la senda
La senda y el canal de aguas bajo la misma
El camino dibuja una curva, en la que encontramos la derruida Casa de La Sota, en el promontorio a la derecha de la senda
A nuestra derecha, llama la atención la empinada Canal de la Raíz
La senda toma una pronunciada curva por donde baja la estrangulada Canal de Sollambrio
Tras pasar por debajo de la Canal de Sollambrio con su riega de las Párvulas abandonamos León y entramos en Asturias
Nos volvemos a adentrar en un desfiladero de verticales paredes sobre el Cares en La Huertona. En abril de 2012, se produjo en esta zona un desprendimiento de un bloque rocoso de grandes dimensiones produciendo un corte total del paso en la senda. Posteriormente, se instaló una pasarela de madera reabriéndose de nuevo la senda
Después viene La Jorada, otra zona encajonada
De esta manera, llegamos a Culiembro y su majada
Majada de Culiembro, lugar ideal para hacer un descanso y deleitarse con las vistas
Proseguimos por la labrada senda
Al echar la vista atrás contemplamos la majada de Culiembro, el puente del Pando (o Puente Vieya) y el Pando Culiembro
Alcanzamos la reducida depresión de Tras la Peña, por donde el canal transcurre a un nivel superior al de la senda
Tras una pronunciada curva llegamos a La Viña
Sobre el camino llega el pedrero de la Canal de La Raya, que se proyecta hacia el cauce del río. Este pedrero sirve de paso para llegar al Cares, atravesarlo y acceder a la vertical Canal de Sabugo bajo la que se presenta la surgencia de El Farfao
Cabaña de La Viña
Seguimos nuestro cómodo trazado superando varios túneles
Por el camino nos encontramos con un rebaño de cabras especialmente hambrientas (je, je)
Vamos avanzando en sucesivas curvas dando vista a la vertiginosa Canal de Estórez
Damos vista a una importante cueva que está por debajo del sendero, la Cueva Armada, ubicada en la Canal de las Avareras, por donde baja otro pedrero. Con otra pronunciada curva llegamos a la Canal de Saigu
En el seno de la Canal de Saigu fluye la riega del Robro, la cual aporta sus aguas al canal
La senda pasa al lado del canal, que tiene junto al Casetón del Saigu, una compuerta para facilitar el desagüe en casos de necesidad
Están próximo Los Collaos, pero aún tenemos que atravesar este tramo conocido como La Llambria
Avanzando bajo verticales paredes
El sendero emprende la subida a Los Collaos
Curiosas formaciones rocosas
Subiendo por Los Collaos
Llegamos al punto más alto de Los Collaos donde hay restos de antiguos edificios mineros
A partir de aquí iniciamos el descenso hacia Poncebos
Pasamos junto a las ruinas de antiguas construcciones
La senda pedregosa desciende en varias revueltas
Finalmente, salimos a entroncar con la carretera que viene de Poncebos
Sobre las 16:00 h entramos en Poncebos (La Trapa)
Ponemos así punto final a esta conocida y bella Ruta del Cares tras 21 km de recorrido. Hacía muchísimos años que no la recorría en su totalidad y, la verdad, es que pasamos un día caminando tranquilamente y disfrutando del paisaje. Ahora os toca a vosotros degustar este reportaje. Hasta la próxima, amig@s.
P.D.: De lectura obligada para obtener más información el libro "La Garganta del Cares y sus caminos", de Francisco Ballesteros
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